El Perdon Es Un Acto De Amor Propio
Uno de los procesos más difíciles para nosotros los seres humanos es el perdón. Cuando somos lastimados, usados, traicionados y heridos tendemos a medir con una vara muy fuerte a los autores de tales actos. Sin embargo cuando somos nosotros lo que herimos buscamos justificar los hechos y exigimos el perdón. Tendemos a excusar nuestro comportamiento con argumentos tales como: Perdóname pero es que… o Perdón pero tú me hiciste o me provocaste… ¿será eso realmente y de corazón un arrepentimiento genuino?
Cuando cometemos errores (todos y todas los cometemos) es
bien difícil poder colocarse en los zapatos de otros por la ansiedad que nos
causa nuestro ego. Nuestro Ego siempre quiere tener la razón. Por eso es que
cuando pedimos perdón con excusas, realmente no somos nosotros quien lo estamos
pidiendo sino el ego orgulloso. El verdadero perdón viene del alma y no
busca excusarse bajo las conductas ajenas. De igual manera ese mismo ego
orgulloso impide perdonar a otros y otras cuando nos sentimos heridos. Por eso
el acto de perdonar en si es uno que requiere mucha valentía.
Pero cuando perdonamos ¿a quién realmente ayudamos?

¿Quién gana cuando tenemos rencor y odio?
Gana la otra persona que te lastimo porque se siente en
control de tu paz. ¿Realmente le quieres dar tanto poder y control a otra
persona sobre tu vida y paz?
Cuando no logramos
perdonar nos llenamos de rencores y odios que nos roban la paz absoluta y no nos permite avanzar. Esos
rencores no afectan a la otra persona sino a nuestro ser. Por eso el gran paso
del perdón es un acto de AMOR PROPIO.
Merecemos vivir en un ambiente de amor y paz. Si estamos condenados al dolor y al
rencor que nos producen los actos ajenos, nos volvemos esclavos de las
conductas ajenas. Pregúntate si quieres ser esclavo o esclava del dolor o si
quieres ser libre de aquello que produce en nuestro ser un ambiente toxico y de
infelicidad.
El Auto Perdón
¿Quién no ha tomado alguna vez alguna decisión que haya
creado un sentido de culpabilidad en nosotros? En esta experiencia es
que no podemos justificar nuestros actos y comenzamos todo un proceso de introspección
donde el jurado es precisamente nuestro ego. Que difícil es presentarse ante
nuestro jurado: la consciencia. Si perdonar a otros es difícil más difícil es
perdonarse. Sin cometer errores no aprendemos pero queremos tener un sentido de
perfección que no existe en esta humanidad. Si haz cometido algún error y
sientes que tu consciencia no te permite perdonarte pregúntate: ¿qué puedes
hacer para mejorar? El propósito de equivocarse es precisamente aprender. Sino
aprendemos de nuestros errores nos veremos obligados a repetirlos y esto puede
tomar años. Así que mi consejo es que escuchemos esa voz en nuestro interior y
veamos la experiencia como un a necesaria para poder crecer.
No seamos tan duros con nosotros mismos y busquemos no volver a cometer ese error que tanto usamos para condenarnos. Además puedes usar esa experiencia para ayudar a otros y otras, tomando el control sobre nuestros actos en beneficio de la humanidad. Esto mis queridos lectores es convertir un error en un acto de bondad. Un ejemplo grande de como podemos convertir algo negativo en positivo.
No seamos tan duros con nosotros mismos y busquemos no volver a cometer ese error que tanto usamos para condenarnos. Además puedes usar esa experiencia para ayudar a otros y otras, tomando el control sobre nuestros actos en beneficio de la humanidad. Esto mis queridos lectores es convertir un error en un acto de bondad. Un ejemplo grande de como podemos convertir algo negativo en positivo.
Gracias por leerme, Norah.
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