
En el 2019 fui diagnosticada
con una enfermedad que me sacudió repentinamente haciéndome caer en la realidad
del tiempo. ¿Qué es el tiempo, sino unos números limitantes que nos controlan
nuestro diario vivir, un conteo regresivo sin saber cuándo ni dónde será el último
segundo de vida experimentada. Solemos (me incluyo) a pensar que lo que tenemos
es tiempo de sobra y vivimos como si mañana fuera un día seguro. Entonces nos
enfocamos en querer dejar todo para luego; luego me apunto en esa clase de
bachata que tanto quiero tomar, luego empiezo a comer más sano, luego escribo
ese libro que tanto anhelo, luego paseo a ese lugar con mis hijos o hijas …luego,
luego, luego. Con la seguridad de que
ese luego llegará.
¿Y si no hay luego? ¿Y si de momento se acaban los “luegos”,
mañanas y dejas de cumplir? Miro hacia atrás en mi vida, fotos de mis hijos e
hija más pequeños y me doy cuenta que durante muchos años viví en modo “luego”
porque buscaba sobrevivir, simplemente eso, estaba en modo de sobrevivencia y
pensaba que tenía “muchos luegos”, pensaba que el tiempo era controlado por mi
cuando era al revés, mi vida era controlado por el tiempo.
Perdí tantos momentos de felicidad, tantas experiencias, tantas
sonrisas enfocada en el espejismo de que tenemos tiempo de más, cuando en
realidad tenemos tiempo de menos. Los “luegos” no existen, son un espejismo de
una realidad infundada. Lo único que tenemos es el ahora, este segundo que hago
historia mientras escribo mis pensamientos en un papel, ahora, y nada más. No
permitas que ese espejismo te robe de la belleza de una sonrisa, de un abrazo,
de una oportunidad, de un perdón, de un amor. No permitas que los “luegos” se
conviertan en acciones no ejecutadas por estar tan nublado en la tristeza, la
sobrevivencia y lo negativo que pueda llegar a nuestras vidas.
La verdad es que no sabemos
cuánto tiempo nos queda y debemos mirar el mundo como si cada experiencia fuera
única y mágica. Hagamos recuerdos e historia en la vida de nuestros amados y
amadas, seamos todo lo que deseamos hacer ahora que tenemos vida. Experimenta,
vive, sonría, viaja, haz el amor y escribe, tira fotos, celebre vidas, comparta
consuelo y esperanza, perdona y ama tu ser. Porque aunque la vida no sea lineal
y este lleno de obstáculos es como reaccionamos, somos y vivimos en ese
presente lo único que dejaremos a nuestros amados y amadas cuando ya no estemos
en este mundo terrenal. ¿Sabes qué es? Son memorias. Memorias que cuando sean
recordadas producirán o una sonrisa o una lágrima en algún rostro. Y yo no sé
usted, pero yo quiero ser recordada como un ser de luz y producir todas las
sonrisas que pueda con las memorias que coseché cuando en vida.
Nada me haría más feliz que saber que fuí ese momento de esperanza
y felicidad en la vida de alguien y más aún para mi familia, que amo con intensidad.
Con esto solo me resta concluir que una vida plena es aquella que sabe
que su tiempo es limitado, que no hay luego asegurado, que hay que amar cada
oportunidad ofrecida con el tiempo que nos queda por vivir.
Gracias por su apoyo, por leerme y por permitirme formar parte de
sus memorias con la esperanza de que estas sean memorias de paz y felicidad.
Les quiero,
Coach Norah Yvette (Leanora Grin)
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